Rinden pruebas por eventual daño ambiental tras mortandad de abejas en Mariquina

Después que las partes se negaran a una conciliación, presentaron pruebas para acreditar y desestimar el hecho.

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La causa tiene su origen en el mes de octubre de 2015, cuando -según se denunció- la fumigación en un predio contiguo al que funcionaba un apiario, ocasionó la muerte de abejas pecoreadoras mantenidas en 187 colmenas.

El hecho motivó la presentación de una demanda ante el Tribunal Ambiental de Valdivia, la cual fue interpuesta en abril de 2019, pero el procedimiento fue suspendido por inactividad de las partes y también por la pandemia. 

Este jueves se desarrolló una audiencia, en la que se instó a una conciliación que fue rechazada por los protagonistas, dando pie a la presentación de pruebas, donde se interrogó a los demandados y estos hicieron lo propio, además de presentar testigos.

Tras esto, se efectuaron los alegatos finales, donde según indicó el ministro del tribunal Javier Millar, la parte demandante insistió “en la concurrencia de todos los requisitos y elementos que dan lugar a la responsabilidad por daño ambiental. A su vez, el abogado de la demandada negó especialmente que se tratara de un daño ambiental, en tanto no se habría acreditado la significancia del daño, descartó también la presunción de responsabilidad, a propósito de una sanción que el SAG impuso al demandado”.

De acuerdo a los demandados, la multa del Servicio Agrícola y Ganadero fue por mal manejo de envases agroquímicos, falta que no tendría la capacidad de generar un daño de esa magnitud, asegurando que las colmenas afectadas fueron 60 y no las que se establecieron en la denuncia.

En contraste, los demandantes aseguraron que el prejuicio existió, ya que las abejas tienen funciones ecosistémicos fundamentales, como la polinización de especies agrícolas y naturales.